Si no sentimos el frío con nuestros pies, ya hemos solucionado a medidas el problema. Y, una vez aisladas las paredes y las placas para el techo, todos los rincones fríos son eliminados, de modo que la humedad desde adentro no se precipita y así el moho nocivo para la salud no puede aparecer ni en los rincones, ni alrededor de las ventanas o detrás de los muebles.
Con el sistema THERMODUL, construimos paredes aisladas, en las que ambos lados de la estructura en hormigón armado se cubren con espuma de poliestireno enriquecida con grafito de espesor de 10 o de 14 cm. Esta protege el núcleo de hormigón contra el calor húmedo desde el interior y lo aísla desde el exterior contra el sol, la lluvia y la helada. Así, este entorno protegido asegura la durabilidad de la estructura, puesto que esta no se expone a las fluctuaciones de calor, lo que podría provocar la aparición de grietas muy finas en su superficie.